Desde la última actualización del Atlas internacional de nubes (hace cuatro decenios en el caso del volumen I y tres en el caso del volumen II), nuestros conocimientos sobre algunos tipos de nubes y otros meteoros meteorológicos han aumentado, a la vez que la tecnología ha transformado radicalmente nuestro mundo. Hemos presenciado la creación de Internet, el correo electrónico y los teléfonos móviles dotados de cámaras digitales. Sin embargo, el atlas de nubes ha estado disponible únicamente en papel.
Sigue siendo sumamente importante para el tiempo, el clima y la hidrología que las observaciones de las nubes y las observaciones meteorológicas sean precisas y coherentes, por lo que velar por la normalización de las observaciones a escala mundial sigue siendo una importante necesidad. Debido a la ausencia de una versión del Atlas internacional de nubes disponible en línea, han empezado a aparecer atlas alternativos en Internet y, con ello, ha resurgido la amenaza que planea sobre la normalización de la clasificación de las nubes a escala mundial, una de las razones fundamentales que llevó originalmente a desarrollar el Atlas en 1939.
En los debates celebrados durante la reunión de los presidentes de las comisiones técnicas y las asociaciones regionales de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), celebrada en 2011, se planteó la existencia de esta amenaza y se pidió a las comisiones técnicas pertinentes de la OMM que abordaran la situación. El presidente de la Comisión de Instrumentos y Métodos de Observación (CIMO) acordó estudiar la cuestión. Posteriormente ese año, el presidente de la CIMO y el presidente de la Real Sociedad Meteorológica y miembro clave de la Secretaría de la OMM convinieron en que el Atlas internacional de nubes seguía siendo una importante norma de la OMM, pero estaba obsoleto y era urgente modernizarlo. El Grupo de Gestión de la CIMO aceptó en 2013 asumir la responsabilidad del Atlas y formó un equipo especial que examinaría las necesidades a fondo y la viabilidad de llevar a cabo la labor necesaria. En su 66ª reunión, el Consejo Ejecutivo convino en que el Atlas debía seguir siendo la fuente mundial principal y autorizada de clasificación de las nubes, ser plenamente completo e incluir la información más actualizada y en que era responsabilidad de la OMM mantener ese documento actualizado por ser un documento relacionado con el Sistema Mundial Integrado de Sistemas de Observación de la OMM (WIGOS), que era fundamental para el funcionamiento de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN). El Consejo apoyó la propuesta de la CIMO de llevar a cabo una revisión exhaustiva y una actualización del Atlas internacional de nubes para hacer de él la norma de referencia mundial indiscutible disponible en Internet para la clasificación y la presentación de informes sobre las nubes y los meteoros. La decimosexta reunión de la CIMO convocó nuevamente al Grupo Especial para que efectuara una revisión minuciosa y exhaustiva de ambos volúmenes del Atlas. Finalmente, el Decimoséptimo Congreso Meteorológico Mundial encomendó al Consejo Ejecutivo que aprobara el Atlas, una vez finalizado, y velara por su pronta publicación. De conformidad con la Decisión 34 de la 68ª reunión del Consejo Ejecutivo, en enero de 2017 el presidente de la OMM aprobó en nombre del Consejo el proyecto de texto del Atlas revisado.
Con esta revisión, el Atlas se ha configurado por primera vez como sitio web al que se accede electrónicamente. Este formato electrónico facilitará su utilización en actividades de formación y enseñanza. El sitio web ha sido diseñado por el Equipo Especial y expertos del Observatorio de Hong Kong, el cual ha desarrollado el sitio web y está a cargo de su funcionamiento en nombre de la OMM.
La estructura general del texto de la edición de 1975 se ha conservado en su mayor parte y a ella puede accederse desde las pestañas principales de la página de inicio del sitio web. La primera pestaña ofrece acceso a “Definición de meteoro y clasificación general”; a través de la segunda pestaña se accede a “Nubes”; y la tercera pestaña dirige a “Meteoros distintos de las nubes”. Una cuarta pestaña conduce a “Observación de las nubes”, en la que figuran las secciones de la parte II de la edición previa que trataban la realización de observaciones y su codificación. La quinta pestaña ofrece acceso a una función completamente nueva del Atlas: el visualizador de imágenes, que permite ver todas las imágenes recopiladas para la presente edición del Atlas, acceder a los metadatos asociados a cada imagen, utilizar filtros de búsqueda para encontrar imágenes de determinadas nubes u otros meteoros y obtener una comparación entre dos imágenes seleccionadas. Las dos últimas pestañas corresponden a los demás contenidos del nuevo Atlas y en ellas figuran un glosario completamente nuevo de términos importantes y una sección que contiene “Otra información”, a través de la que se accede a los anexos, los prólogos de las ediciones anteriores y las versiones descargables en formato PDF de las ediciones anteriores.
Se han revisado las clasificaciones existentes y todas ellas se han conservado. Se han introducido nuevas clasificaciones oficiales de nubes, que incluyen una nueva especie (volutus), cinco nuevos rasgos suplementarios (asperitas, cauda, cavum, fluctus y murus) y una nueva nube accesoria (flumen). Se ha reconocido oficialmente que la especie floccus puede aparecer en combinación con el Stratocumulus. Se ha eliminado la sección independiente sobre “Nubes especiales” y los tipos de nubes y meteoros que antes se incluían en esta sección se han integrado en el esquema de clasificación de las nubes como cataractagenitus, flammagenitus, homogenitus, silvagenitus, y homomutatus.
Se ha revisado y modificado el texto con el objetivo de modernizar el estilo del lenguaje. La nueva edición es más legible y se han ampliado aquellos apartados sobre los cuales han aumentado los conocimientos científicos desde la edición anterior, especialmente en el caso de “Meteoros distintos de las nubes”, sección en la que se han incluido varios fenómenos. Por ejemplo, se han añadido el remolino de nieve y el remolino de vapor como hidrometeoros, además de información referente a los tipos de tornados. Los fenómenos ópticos (fotometeoros) se han ampliado considerablemente mediante ilustraciones de distintos tipos de fenómenos de halo, arco iris y espejismos. Asimismo, se han añadido los electrometeoros de las capas superiores de la atmósfera denominados “duendes” y “chorros”, que no eran comúnmente conocidos cuando se publicó la edición anterior. Entre los demás cambios se encuentran la sustitución de los términos “mal tiempo” y “distintos de los del mal tiempo” por “tiempo húmedo” y “tiempo seco”, y la sustitución de “piso” por “nivel”.
Una importante mejora es la posibilidad de visualizar las correspondientes imágenes directamente en el propio texto. Anteriormente era necesario consultar al mismo tiempo los volúmenes I y II en formato papel. Cabe señalar que solo se han introducido pequeñas modificaciones en las partes del texto que constituyen textos reglamentarios. Si bien el Equipo Especial estudió numerosos cambios, el deseo de modernización quedó en un segundo plano ante la necesidad más urgente de preservar la trazabilidad de las observaciones, y, salvo unas pocas excepciones, se ha mantenido el texto reglamentario original. Se ha corregido un pequeño número de errores leves detectados en la edición de 1975 y en algunos casos se han eliminado las descripciones de técnicas de observación que han quedado obsoletas.
Se han modernizado los apoyos visuales a la clasificación de las nubes mediante la inclusión de un organigrama que contiene nuevas ilustraciones en color cortesía de MeteoSwiss. Estas proporcionan una ruta visual para determinar la correcta codificación de una nube observada. Se incluye una Guía para la identificación de las nubes, en la que figuran los géneros básicos.
Las imágenes del volumen II de la edición de 1987 se han sustituido por nuevas imágenes digitales, en color y a alta resolución enviadas por entusiastas de las nubes de todo el mundo, con descripciones detalladas. El número de imágenes incluidas en esta edición es mucho mayor. En algunos casos, se ofrecen numerosos ejemplos con el objetivo de mostrar las variaciones que pueden existir dentro de una única clasificación. De este modo se ilustrarán las diferencias debidas a la estación, la zona climática o la fase de desarrollo en que se encuentra la nube. En clasificaciones seleccionadas se han incluido también imágenes que plasman el paso del tiempo o vídeos que ayudan al observador a comprender las fases de evolución de ese tipo de nube. Los ejemplos seleccionados de imágenes de nubes constituyen fundamentalmente estudios de caso que incluyen metadatos asociados, como análisis sinópticos, imágenes satelitales o de radar, y sondeos atmosféricos. Muchas imágenes del volumen II de 1987 se han conservado como metadatos adicionales asociados a las nuevas imágenes, lo que facilita la trazabilidad histórica de las observaciones. Asimismo, se proporcionan nuevas imágenes, en algunos casos más de una, para cada tipo de hidrometeoro (distintos de las nubes), litometeoro, fotometeoro y electrometeoro. En la versión en línea del Atlas figuran en total más de 600 imágenes nuevas, muchas de ellas con metadatos suplementarios.
En total, los cambios introducidos en esta edición más reciente del Atlas internacional de nubes son numerosos, pero el contenido central es similar. El resultado es fruto de la labor infatigable que ha realizado el Equipo Especial a lo largo de varios años. La OMM está en deuda con el doctor Stephen Cohn (presidente, Estados Unidos de América), el señor Michael Bruhn (copresidente, Australia), las señoras Eliane Thürig-Jenzer (Suiza), Colleen Rae (Sudáfrica) y Marinés Campos (Argentina), y los señores George Anderson (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte), Ernest Lovell (Barbados), Jim Trice (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte) y Tam Kwong Hung (Hong Kong, China) por sus esfuerzos, así como con el experto en nubes, el señor Frank Le Blancq (Jersey) por sus numerosas contribuciones. En especial, la OMM agradece al Observatorio de Hong Kong su extraordinario apoyo prestado en el desarrollo, alojamiento y mantenimiento del sitio web.
Confío en que esta nueva versión en línea del Atlas internacional de nubes sea bien recibida por todos, profesionales y aficionados por igual, y una vez más devuelva el Atlas al lugar que le corresponde como norma mundial para la observación y los informes de las nubes y otros meteoros.
(P. Taalas)
Secretario General