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Identificación de las nubes

(Sección 2.7.2)

Las nubes que se forman en la troposfera se reconocen por género y, en la medida de lo posible, por especies, variedades, rasgos suplementarios, nubes accesorias, nubes madre y cualquier otro meteoro asociado con la nube.

Al identificar las nubes, los observadores deben adoptar las siguientes medidas:

Protegerse con gafas de sol

1. Durante el día es recomendable llevar gafas de sol polarizadas, preferiblemente provistas de protectores laterales opacos que no permitan pasar la luz por los costados, en especial cuando se observen nubes altas. Si las lentes polarizadas afectan significativamente a la manera en que se ve el cielo, es probable que no estén bien orientadas.

Las lentes polarizadas reducen al mínimo el efecto de deslumbramiento que produce el brillo de la luz solar y protegen los ojos de la radiación ultravioleta. Asimismo, permiten percibir la presencia de nubes cirriformes cuando son muy delgadas, como el Cirrostratus nebulosus, al generar un mayor contraste entre las nubes cirriformes y el cielo azul, así como cuando la calima vela las nubes.

Realizar observaciones nocturnas

2. Durante la noche, la observación debe efectuarse desde un lugar lo más oscuro posible y alejado de las luces. Debe esperarse a que los ojos se adapten a la oscuridad, lo cual puede llevar al menos 5 minutos. La visión nocturna es mejor cuando se utiliza una visión periférica, puesto que mover la cabeza de un lado a otro permite percibir más detalles que una mirada fija.

Mantener una vigilancia continua

3. Una observación precisa requiere que se advierta la evolución constante de las nubes. ¿Los Altocumulus se han formado a partir de la extensión de la cima de los Cumulus congestus que se observaron hace 15 minutos? Es posible que aparezca un relámpago lejano que no era visible durante los tiempos rutinarios de observación.

En particular, si se observa el cielo durante la salida o la puesta de sol, los cambios sistemáticos en el color de las nubes en estos períodos de transición pueden confirmar o llamar la atención sobre la presencia de varias capas de nubes.

Observar todo el cielo

4. Observar el cielo en su totalidad, en particular todo el horizonte:

  • Mirar desde el horizonte hacia arriba para comprobar si los Cirrus uncinus que invaden el cielo aumentan de espesor y se transforman en Cirrostratus.
  • Mirar hacia el sol, que puede presentar un halo de 22° que confirme la presencia de Cirrostratus nebulosus delgados que se han podido observar por llevar las gafas polarizadas.
  • Examinar todo el horizonte. Puede suceder que, aunque se crea que todas las tormentas provienen del oeste, en determinadas ocasiones vengan por el este.

Observar el cielo en su totalidad puede ayudar a determinar el carácter general del cielo. Unas zonas aisladas de virga situadas debajo de una capa extensa de nubes Altostratus translucidus pueden indicar una transición lenta hacia Altostratus opacus; por el contrario, unas zonas amplias de virga pueden indicar una transición rápida hacia nubes Altostratus opacus o incluso hacia Nimbostratus.

Prestar atención a las apariencias variables

5. . Debe tenerse en cuenta que las nubes del mismo género, especie y variedad pueden tener una apariencia diferente en función de las distintas situaciones meteorológicas. Por ejemplo, las nubes cumuliformes durante una irrupción de aire polar pueden tener un aspecto diferente al de las nubes cumuliformes durante una entrada de aire tropical inestable. Cuando penetra el aire frío, las nubes tienen un contorno más nítido, son más anchas y tienen menos extensión vertical, mientras que, en presencia de aire tropical, las nubes son menos nítidas, tienen más torrecillas y una gran extensión vertical.

Otros factores pueden influir en la apariencia de las nubes, como la cizalladura vertical del viento. A continuación se presentan algunos ejemplos:

  • Las cimas de los Cumulonimbus capillatus incus con frecuencia son asimétricas (extendidas hacia abajo). Sin embargo, en ocasiones, son simétricas (extendidas en todas direcciones), cuando la cizalladura del viento en la cima de la nube es mínima.
  • El Cirrus uncinus normalmente cuenta con una estela (cristales de hielo en caída) que se extiende hacia abajo y por detrás de la cima del penacho (tope) debido a que la velocidad del viento suele aumentar (cizalladura positiva) con la altura desde la estela hasta el penacho (tope). Cuando en esta capa la velocidad del viento no varía con la altura (cizalladura nula), la estela parece caer directamente por debajo del penacho (tope). Cuando en esta capa la velocidad del viento disminuye con la altura (cizalladura negativa), la estela cae por debajo y por delante del penacho (tope). Los Cirrus uncinus con cizalladura positiva y negativa presentan el mismo aspecto invertido, aunque parezcan nubes completamente diferentes, incluso para un observador experto.

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