Las nubes pueden formarse en el aire claro. También pueden formarse o desarrollarse a partir de otras nubes que reciben el nombre de nubes madre. En función de la evolución que experimenten, se emplea uno de los dos sufijos siguientes:
a) -genitus: una parte de la nube sufre un desarrollo que puede dar lugar a extensiones más o menos pronunciadas. Estas extensiones, que pueden estar unidas o no a la nube madre, pueden transformarse en nubes de un género diferente del de la nube madre. A estas nubes se les asigna el nombre del género que corresponda, seguido del nombre del género de la nube madre y se añade el sufijo "-genitus" (por ejemplo, Cirrus altocumulogenitus o Stratocumulus cumulogenitus).
b) -mutatus: toda la nube o gran parte de ella sufre una transformación interna total, por lo que cambia de un género a otro. La nueva nube recibe el nombre del género correspondiente, seguido del nombre del género de la nube madre y se añade el sufijo "-mutatus" (por ejemplo, Cirrus cirrostratomutatus o Stratus stratocumulomutatus). No debe confundirse una transformación interna con cambios en la apariencia de la nube derivados del movimiento relativo de las nubes y el observador.