La identificación de las nubes nacaradas y de las nubes noctilucentes debe basarse principalmlente en las definiciones y descripciones de las nubes de las capas superiores de la atmósfera.
Cuando se observan las nubes de las capas superiores de la atmósfera, debe llevarse un registro de la fecha, la hora y la ubicación de la observación. Asimismo, debe registrarse la posición de las nubes en el cielo y tomar fotografías, siempre que sea posible.
En cuanto a las nubes noctilucentes, deben registrarse tanto el acimut (hacia ambos lados) de las nubes observadas como la elevación sobre el horizonte del borde superior de la nube (y del inferior, en su caso). También deben determinarse la luminancia de la nube en una escala de cinco puntos y, de ser posible, su estructura y clasificación (véase el cuadro 11 para obtener datos específicos sobre la escala de luminancia y la clasificación de las nubes noctilucentes). Asimismo, debe llevarse un registro de las variaciones en la luminancia y la clasificación durante el período de observación.
También debe hacerse referencia a las condiciones generales de la observación, por ejemplo la presencia de calima, neblina o cualquier nube troposférica. Conviene señalar asimismo la presencia simultánea de auroras y nubes noctilucentes.
Si el observador no puede determinar el acimut o la elevación de las nubes noctilucentes en el momento de la observación, debe tomar debida nota de la extensión de la nube en relación con las características topográficas y de la elevación relativa respecto de cualquier estrella brillante visible cerca de las nubes. Estos puntos de referencia permiten determinar posteriormente la extensión y elevación de las nubes.