A menos que se indique otra cosa, las definiciones facilitadas en el presente Atlas se aplican a las observaciones realizadas en las siguientes condiciones:
(a) El observador se encuentra en la superficie de la Tierra, ya sea en la tierra, en áreas sin relieves montañosos, o en el mar.
(b) El aire está limpio y no se presentan fenómenos que lo oscurezcan, tales como la niebla, la calima, el polvo, el humo, etc.
(c) El sol está suficientemente alto como para proporcionar la luminancia y coloración habituales.
(d) Las nubes están tan altas por encima del horizonte que los efectos de perspectiva son despreciables.
Será necesario adaptar las definiciones a otras condiciones. En muchos casos, esto se puede hacer fácilmente; por ejemplo, por la noche, cuando la luna está en sus fases más brillantes, puede desempeñar una función análoga a la del sol respecto de la iluminación de las nubes.
Al observar las nubes, se deben seguir los siguientes pasos: