Notas explicativas y nubes especiales

(Sección 2.3.1.8)

A menudo se forman en el aire claro penachos de Cirrus con cimas redondeadas. Bajo los penachos pueden aparecer estelas fibrosas y las cimas pierden entonces gradualmente su redondez. Posteriormente, los penachos pueden desaparecer por completo; las nubes adquieren entonces la forma de filamentos (especie fibratus o uncinus).

Los Cirrus con forma de filamentos también pueden desarrollarse a partir de bancos de Cirrus densos, Altocumulus castellanus y floccus y, ocasionalmente a temperaturas muy bajas, de Cumulus congestus.

El Cirrus también puede desarrollarse desde una estela de condensación generada por una aeronave que ha persistido durante al menos 10 minutos (Ci homogenitus). Con el Cirrus homogenitus no se presentan especies, variedades ni rasgos suplementarios, ya que las estelas de condensación nuevas o de reciente formación que deja una aeronave suelen experimentar un estado de cambio bastante rápido y pueden presentar una gran variedad de formas transitorias.

Las estelas de condensación persistentes generadas por aeronaves (Ci homogenitus) pueden, durante un período de tiempo y bajo la influencia de vientos fuertes en altitud, adoptar la forma de especies y/o variedades de Cirrus. Cuando esto ocurre, el Cirrus se identifica por la especie y las variedades correspondientes, seguido de "homomutatus" (por ejemplo, Cirrus homomutatus).

Color

En cualquier momento del día, un Cirrus que no se encuentre demasiado próximo al horizonte es blanco, más blanco que cualquier otra nube situada en la misma parte del cielo.

Cuando el Sol está en el horizonte, el Cirrus es blanquecino, mientras que las nubes más bajas pueden colorearse de amarillo o naranja.

Cuando el Sol desciende por debajo del horizonte, un Cirrus que esté alto en el cielo adquiere un color amarillo, luego rosa, rojo y finalmente gris. Esta secuencia de colores se invierte al amanecer.

Un Cirrus que se encuentre próximo al horizonte adopta con frecuencia un color amarillento o naranja debido al gran espesor del aire que atraviesa la luz desde la nube hasta el observador. Estos colores son menos llamativos en el caso de las nubes de los niveles bajo y medio.