La calima alta está compuesta de partículas extremadamente pequeñas que dispersan la luz. Cuanto mayor sea la concentración de partículas, mayor será la dispersión de la luz. Una aeronave puede encontrarse con capas de calima alta hasta unos 5 km (16 500 pies) aproximadamente.
Debajo de la calima. Vista desde abajo, la calima alta constituye un velo de color azul oscuro o negruzco. Un observador aéreo que se adentra desde abajo en una capa de calima de este tipo sufre una disminución gradual de la visibilidad.
Dentro de la calima alta. A menudo es difícil determinar si la aeronave está rodeada únicamente de calima o de nubes integradas dentro de ella. Cuando se vuela en dirección ascendente para abandonar la capa de calima, suele percibirse una rápida mejora de la visibilidad horizontal.
Sobre la calima. Vista desde arriba, la calima alta tiende a ocultar el paisaje. La dispersión de la luz es especialmente intensa en dirección al Sol. En esta dirección resulta imposible distinguir los rasgos del terreno, salvo quizá cuando el paisaje presente zonas muy brillantes como superficies cubiertas de agua. En dirección opuesta al Sol mejora la visibilidad hacia el suelo.
El límite superior de la calima alta forma un horizonte. Cuando un observador aéreo vuela justo por encima de la calima y dirige la vista hacia abajo en diagonal, es prácticamente imposible que distinga ninguna nube dentro de ella, a no ser que las cimas de dichas nubes sobresalgan por encima de la capa de calima. Al igual que acontece con muchas nubes estratiformes, el límite superior de la calima coincide con la base de una capa de aire estable (a menudo, una inversión térmica).