Consisten en descargas eléctricas a gran escala que se producen en las capas superiores de la atmósfera, a altitudes de entre 50 y 90 km aproximadamente, por encima de grandes sistemas tormentosos. Suelen aparecer al mismo tiempo que descargas de la nube al suelo potentes y con carga positiva. Los duendes, que se muestran como un centelleo extenso, pero débil, y normalmente son de color rojo, no duran más de unos pocos segundos. Son visibles al ojo humano en raras ocasiones y siempre por la noche, por encima de tormentas fuertes y alejadas.