El Stratus suele encontrarse a una altitud entre la superficie de la Tierra y 2 km (6 500 pies). Su espesor oscila entre unas decenas y varias centenas de metros (unas decenas y varias centenas de pies).
Debajo de la nube. Vistos desde abajo, una capa o un banco de Stratus son generalmente grises y a veces presentan variaciones en la luminancia. Su base puede estar claramente definida o puede ser difusa o estar rasgada. Cuando el Sol es visible a través del Stratus, su contorno no se aprecia borroso (no se produce un efecto de vidrio deslustrado).
Dentro de la nube. El Stratus está compuesto de pequeñas gotitas de agua y a veces cristales de hielo. También puede haber gotitas de llovizna, cristales de hielo y cinarra. La densidad de la nube aumenta gradualmente hacia la cima, donde la elevada concentración de gotitas de agua muy finas puede reducir la visibilidad hasta prácticamente cero. También se observan variaciones en la densidad y la visibilidad en sentido horizontal. Puede producirse engelamiento leve a moderado y la turbulencia puede ser igualmente de intensidad leve a moderada.
Sobre la nube. Vista desde arriba, la superficie superior presenta normalmente ondulaciones (generalmente de longitud de onda corta) y pueden observarse protuberancias. Cuando se producen vientos de intensidad, las ondulaciones son más pronunciadas y pueden observarse brotes y depresiones que imitan las irregularidades del suelo (compárese con el Stratocumulus). A menudo, el aire que se encuentra inmediatamente encima de la superficie superior es calimoso. Puede observarse una gloria, un arco de la niebla y un pseudohelio, a veces simultáneamente.